epílogo - lo que querés escuchar

Segundo piso ascensor. No sube, no baja.

En un recinto de dos por dos es el encuentro con la persona que amaría, X, y yo, M.

X silba. Miro a un lado, al otro. Las puertas, las rejas están cerradas. En una punta estoy yo.

X: Conozco un lugar donde ir.

M: ¿De veras?

X: Sí, es lejos. Muy lejos. Hay que tener muchas ganas de ir. Yo tengo ganas de ir con vos.

Sonrío, miro para abajo. Me sonrojo.

X infla la boca, la abre y saca una flor violeta, estira su brazo esperando que tome la flor.

M: Gracias. Me encanta. (Estiro mi brazo y haciendo una pinza con mis dedos agarro la flor).

X: Combina con vos. Es un tercer ojo. Lo podes poner en la parte del cuerpo que prefieras.

La sostengo en mi mano, todavía no se donde colocar el tercer ojo violeta.

Siento agua en mis pies. X tiene un regador en la mano.

X: Te riego los pies.

Mis dedos de los pies se liberan y nadan, nadan.

M: ¿Tus dedos también nadan?

X: Claro. Me llevan nadando. Es como andar en bicicleta. Los pedales son las uñas.

Río, y pregunto.

M: Me hablaste de un lugar… ¿Vamos a ir?

X mira hacia arriba y cierra los ojos. Imito su comportamiento. Cierro los ojos.

X: Es infinito. No hay límites. Hay bicicletas nadando en el mar.

M: No te veo. ¿Donde estas?

X: Se corta la luz y entonces abrimos los ojos. Y entonces es igual. ¿Dónde estas? ¿Dónde estoy?

Me coloco la flor violeta, mi nuevo tercer ojo. (no voy a decir donde).

X: Si pudiera, simplemente si pudiéramos...Quedar en cruzarnos un poco por azar. Es tan fácil. Yo me animo.

una flor

....o directamente demos la misma cantidad de pasos para encontrarnos....

otra flor…

Segundo piso ascensor.